Los plexos coroideos son unas estructuras esponjosas que se desarrollan a ambos lados del cerebro y su misión es producir un líquido que baña y protege las estructuras del sistema nervioso. Los plexos coroideos no intervienen en el desarrollo psicomotor ni mental. A veces ese líquido puede quedar atrapado en el plexo, pero sin mayores consecuencias y origina una imagen de quiste. Estos quistes suelen desaparecer hacia las 24 o 26 semanas de gestación, y si no se acompañan de otros hallazgos, no aumentan el riesgo de alteraciones fetales.
A veces se observa en el estudio ecográfico del corazón la presencia de una zona que resalta con especial intensidad, son cúmulos de calcio que se depositan el los músculos papilares cel corazón, que son los que mueven las válvulas cardiacas. Estos focos se observan con frecuencia, hasta en un 5% de embarazo, pero por sí solos no aumentan el riesgo de anomalías fetales, no se relacionan con alteraciones cardiacas ni de otro tipo.
El riñón desemboca en la vejiga por medio del uréter, y la zona donde se inserta el uréter en el riñón se denomina pelvis renal. Es frecuente observar una dilatación de esta zona en uno o los dos riñones. En este caso, la trascendencia es muy variable según varios factores como es el grado de dilatación, el estado del riñón donde aparece la pielectasia, la visualización o no del uréter, la dilatación o no de la vejiga y la cantidad de líquido amniótico. En la mayoría de casos esta dilatación es intrascendente, pero en determinados casos sí puede afectar al funcionamiento del riñón. En presencia de pielectasia renal, es aconsejable un seguimiento adecuado por un experto en Diagnóstico Prenatal, si bien hay que tener presente que en la mayoría de casos no tendrá repercusión en el desarrollo fetal y probablemente desaparezca tras el nacimiento.