Cuando crecen excesivamente, pueden comprimir órganos cercanos, pero también pueden dar lugar a hemorragias, a veces hasta dar lugar a anemias importantes que afecten a la salud.; en otras ocasiones pueden ser un obstáculo para la consecución de un embarazo (infertilidad) o ser causa de abortos por su tamaño o ubicación en el útero.
Cuando no dan problemas y no crecen, no es preciso tratarlos, pero a veces si es necesario tratarlos. A veces es suficiente con un tratamiento médico, esto es, con fármacos, que aunque no los reducen ni los hacen desaparecer, evitan las hemorragias. Cuando no responden a tratamiento médico, la alternativa es la Cirugía, bien por histeroscopia (meter una cámara en el útero por vía vaginal)o por acceso a través del abdomen. Pero una proporción de miomas, por su ubicación no permiten el acceso por histeroscopia y a través del abdomen puede ser complicado y poner en peligro la integridad del útero.
Para estos últimos casos se ha ideado una técnica por la que el acceso es por medio de ecografía vaginal y con una aguja guiada, se aplica energía en forma de radiofrecuencia al mioma y lo destruye, con mínimos efectos secundarios y sin necesidad de ingreso. Se realiza en quirófano, pero sin incisiones ni suturas y el alta es por lo general a las 2 o 3 horas, pudiendo volver a la actividad habitual al día siguiente, es una técnica ambulatoria.
Es una técnica con unos 5 años de vida que aporta excelentes resultados sin ser tan cruenta como la cirugía convencional y recuperación inmediata, especialmente indicada para miomas que dificultan la consecución del embarazo y su cirugía pone en peligro la integridad del útero.