También la edad afecta a la fertilidad masculina, pero nos centraremos en la femenina.
Aún estando en perfecto estado de salud y gozando de menstruaciones regulares, es más difícil quedar embarazada conforme avanza la edad.
Los óvulos contienen más alteraciones con el paso de los años, aumentando además la probabilidad de aborto y alteraciones genéticas en la descendencia.
Uno de los medios de los que disponemos para valorar la fertilidad de una mujer es el estudio de la reserva ovárica; básicamente, esto se refiere a la cantidad de óvulos que tiene una mujer. La reserva ovárica disminuye a lo largo de la vida. A veces puede relacionarse con alteraciones menstruales o antecedentes familiares de menopausia precoz, pero con frecuencia puede ser asintomática.
Tener una baja reserva ovárica reduce las posibilidades de embarazo, incluso mediante técnicas de Reproducción asistida, ya que se reduce la calidad y cantidad de óvulos disponibles.
La reserva ovárica puede ser evaluada mediante estudio ecográfico y análisis de hormonas.
Cada mujer nace con un número determinado de óvulos que se va reduciendo paulatinamente hasta agotarse y llegar a la menopausia. Esta pérdida de óvulos, puede estar aumentada por cirugía que afecta al ovario, quimioterapia, radioterapia, ciertas enfermedades autoinmunes, endometriosis, por predisposición genética, a veces no se consigue identificar una causa.