Si bien la vía de contagio es común (aunque haya unos más contagiosos que otros), su repercusión es distinta.
Aunque cada grupo es denominado por un número determinado, a efectos prácticos se clasifican en VPH de bajo riesgo (BR) y VPH de alto riesgo (AR).
Los de alto riesgo son los que con más frecuencia pueden originar cáncer y precisan de un seguimiento más exhaustivo, aunque con un seguimiento y tratamiento adecuado, no tienen por qué desembocar en un cáncer. Los de bajo riesgo no dan lugar a cáncer, sino más bien a lesiones benignas como las verrugas genitales o condilomas, que aunque son molestas y deben tratarse, rara vez progresan hacia un proceso maligno.
Los tipos de alto riesgo son el 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59, 68, 73 y 82, y son sobre todo el 16 y el 18 los más preocupantes, ya que causan el mayor porcentaje de cáncer de cérvix o cuello uterino.
La toma de la muestra para llevar a cabo el tipaje es muy fácil y es muy similar a la toma de una citología.